Comerciantes y Vecinos Critican la Inseguridad de la Plaza Easo

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Comerciantes y vecinos critican la inseguridad de la plaza Easo
-Denuncian «situaciones tensas» con un grupo de jóvenes que consume alcohol y drogas frente a la entrada del Topo
ANDER BALANZATEGI San Sebastián
Lunes, 17 octubre 2022, 12:46

La plaza Easo se ha convertido en lugar de encuentro para una decena de jóvenes que pasan allí el día escuchando música con altavoces y consumen alcohol y drogas, según los vecinos, que denuncian pequeños hurtos e inseguridad para volver a casa por la noche. También han provocado «situaciones tensas» en comercios y farmacias de la zona, donde intentan adquirir medicamentos antisicóticos.

El camarero de uno de los bares de la plaza señala que «se suelen juntar jóvenes magrebíes con cervezas y porros en los bancos frente a la entrada del Topo». La música alta y los gritos se escuchan desde la terraza de su establecimiento, mientras la suciedad se va acumulando en los asientos del parque. «Los viernes y sábados por la noche es cuando más voces se suelen oír y hay gente mayor que pide compañía porque les da miedo ir solos a casa», explica este tabernero. Asimismo, señala que todavía no ha pasado nada grave, pero que «la sensación de inseguridad es evidente». Recuerda que en las últimas semanas se ha producido «algún robo» y que «hay jóvenes que se llevan prendas tendidas en balcones que están a poca altura de la calle».

Las tiendas de alimentación que se localizan alrededor de la plaza Easo también tienen problemas con estos jóvenes, sobre todo las que venden bebidas alcohólicas. Candela, dependienta en una de ellas, se enfrenta a situaciones incómodas casi todos los días. «Son personas con vidas difíciles e intento hablarles tranquila, pero suele ser complicado porque vienen borrachos y vete a saber qué más», comenta. La lata de cerveza es el producto que más vende a estos jóvenes desde primera hora de la mañana y «no les puedes decir que no porque te dan voces». A Candela le roban con frecuencia latas de atún y cosas pequeñas que se esconden en la ropa. Algunos vecinos que compran en la tienda cuentan que antes solían descansar en los bancos frente a la entrada del Topo, pero ya no se atreven o no se les hace cómodo.

En otros comercios donde no se vende alcohol apenas hay problemas, aunque en una de las panaderías destacan que «se ve mucho trapicheo y este grupo se mete bastante con las mujeres». En otro de los bares cercano a la entrada de la estación de Euskotren, los chavales entran a pedir dinero y comida, «algo que no es problema», según explican detrás de la barra. De todas formas, denuncian que «hace unos días robaron a una señora que tomaba un café dentro del establecimiento».

Drogarse con receta
Las farmacias cercanas a la plaza Easo también han recibido la visita de estos individuos. En la mayoría de casos las farmacéuticas han atendido a «hombres jóvenes y marroquíes que buscaban medicamentos antisicóticos sin receta». Los productos más buscados son Ribotril, un tranquilizante muy fuerte, y Lirica, un calmante para el dolor. «Toman dosis importantes de estos fármacos para colocarse», explica una trabajadora.

Se trata de medicamentos que requieren receta de un doctor y en las farmacias se muestran sorprendidos porque «en ambulatorio o consulta privada hay médicos que les autorizan el consumo». El gerente de uno de estos establecimientos ha trasladado este asunto al Colegio de Médicos de Gipuzkoa.

Cuando un joven recibe la medicina porque dispone de receta, se produce un efecto llamada hacia la farmacia que se lo ha entregado. En una de ellas tuvo que intervenir la Ertzaintza hace un par de semanas. «Vino un chico que apestaba a alcohol porque le habían comentado que aquí vendíamos antisicóticos y al decirle que no le podíamos dar nada se puso muy agresivo», relata una farmacéutica. Antes de salir por la puerta amenazó a la dependienta «haciendo el gesto de cortarle el cuello».

Estas trabajadoras denuncian que se tengan que enfrentar a situaciones «tan tensas» y piden a las instituciones que actúen para «dar una respuesta a estos jóvenes que se ven obligados a estar en la calle consumiendo alcohol y drogas».

...HAPPY PEOPLE.