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J.L. Rebordinos: “Las películas que excitan y transmiten saberes sobre el sexo son imprescindibles”
Astelehena, 19 Iraila 2016
Ruben Olveira
¡Por fin en Donostia! Parecía ayer cuando salimos en dirección hacia Rusia, ansiosos por saber qué nos depararía esta aventura. Ahora, tras tres meses pedaleando, hemos vuelto y eso nos produce una sensación agridulce. Por un lado, tristeza porque esta fase de nuestras vidas llega a su fin. Por otro, alegría y euforia porque hemos cumplido con éxito esta misión exterior de Donostia 2016. Y no nos olvidemos de la nostalgia. Fuera como fuere, nos consuela saber que hemos llegado a tiempo para ver un par de películas del Zinemaldia. Y ya que hemos llegado a Donostia en tan señaladas fechas, ¿por qué no aprovechar para hablar con José Luis Rebordinos, director del festival, sobre el erotismo en el cine y el cine porno?
Aupa, José Luis. Si no me equivoco, posees una amplia colección de cine de terror y, también, de cine porno. ¿De dónde viene este afán por recopilar películas pornográficas?So, in the end, NOTHING will be done! Here?!? In San Sebastián?!? Don't make me laugh!
No solo de cine porno. También tengo mucha literatura y mucho comic relacionado con el sexo. ¿Por qué me interesa toda expresión artística relacionada con el sexo? Porque el sexo es una de las cosas más importantes que tenemos en la vida. Es uno de los motores de los seres humanos e incluso de las sociedades. Es algo que se usa como instrumento de poder, algo que nos puede dar placer, algo que nos puede manipular y convertir en esclavos… Es muchas cosas y por eso, desde joven, siempre me ha interesado mucho el sexo. De ahí que haya intentado recopilar todo el saber que he podido sobre el tema.
¿Hay algún criterio que sigas a la hora de incluir una película en tu colección?
En internet puedes acceder a todo tipo de vídeos sobre sexo de manera gratuita, pero a mí me interesa coleccionar otro tipo de películas. Para eso hay que entender las funciones del porno. Una de ellas es la puramente masturbatoria, la de darte un placer rápido a través de imágenes que tienen que ver con relaciones eróticas. Pero por otro lado, está ese porno que transmite saberes, que ofrece algo más. Ambas funciones son interesantes, pero a mí me apasionan sobre todo aquellas películas que cumplen los dos requisito. Esas son imprescindibles.
De todas ellas, ¿cuál sería para ti la joya de la corona?
De literatura elegiría Historia de O, la novela de Poulin Read. De vídeo sería mucho más difícil. Me podría interesar una película como Saló, que es un tratado sobre el fascismo a través del sexo como instrumento de poder brutal y una de las mejores obras del director italiano Pier Paolo Pasolini. Pero también podría elegir, por ejemplo, la versión de Radley Metzger de La Imagen, una película porno sadomasoquista bellísima basada en la novela de Jean de Berg. En general, tengo mucho material clásico americano de los años 60 y 70, también francés de los años 90 y bastantes cosas japonesas.
¿Cómo ha evolucionado el cine pornográfico a lo largo de las décadas?
En mi opinión ha evolucionado a peor. En los 60 o 70 el cine pornográfico era un cine bueno. Buscaba el negocio, pero también el crear contradicciones en una sociedad en la que mostrar cuerpos desnudos y sexo explícito de una manera abierta era un problema. Buscaba limar los límites de la libertad de expresión y de ahí que salieran productos realmente extraños. Aunque eso sí: están mucho más cuidados, tienen más guión e ideológicamente son muy interesantes. Para mí los 60 y 70 son la época dorada del cine porno.
¿Y cuándo termina?
La estocada definitiva la da la digitalización. Cuando se empieza a hacer cine en vídeo, los productores quieren ganar dinero rápido y por eso comienzan a grabar películas mucho más baratas, mucho más repetitivas y donde prácticamente no hay argumento. Este porno industrial no va más a allá de la función masturbatoria.
¿Crees que el porno feminista está recuperando esa trama perdida y, además, aportando un valor añadido?
Ahí hay una línea interesante. La cuestión es que todavía no son muchas y tampoco producen mucho, pero junto a la introducción de secuencias de sexo explícito en el cine convencional, es lo que más me interesa del porno actual.
Hay algunas corrientes que consideran al cine porno dañino. ¿Qué opinas al respecto?
Yo no que sea dañino. El cine pornográfico trabaja con la fantasía de la ciudadanía. Lo que está en la cabeza de cada uno y cada una no es ningún problema mientras sea eso: parte de tu fantasía. Por ejemplo, está estudiado en psicología que la violación es una fantasía que tienen muchos hombres y muchas mujeres. Pero que a alguien en su fantasía le guste violar o ser violado no quiere decir que lo vaya a hacer en la vida real. Normalmente somos capaces de discernir entre las fantasías y la vida real y, si no es así, el problema es previo y está en la persona, no en el porno ni en ningún otro género cinematográfico. Acusar al cine porno de ciertas violaciones, es como acusar a Spiderman de que alguien se tire desde un rascacielos.
A falta de una educación sexual formal en los colegios, a día de hoy también hay quien lo considera un sustituto de esta primera y que, por tanto, habría de transmitir unas lecciones y unos valores.
El cine pornográfico debería ser un cine para adultos formados. Pero ahí está el gran problema: muchos adolescentes y jóvenes se forman en la red y todos sabemos lo poco fiable que es en muchas ocasiones la información obtenida en internet. ¿Que debería haber material audiovisual para trabajar la educación sexual? Actualmente la hay. ¿Que debería haber una educación sexual suficientemente fuerte en la familia y en el colegio para que un adolescente que acceda al porno en la red –y lo hará por curiosidad-, ya tenga una serie de indicaciones y así pueda entender lo que va a ver y no le cree una visión deformada de la sexualidad? Pues mejor que mejor. ¿Que el cine pornográfico debería transmitir unos valores de respeto a la diferencia, a la sexualidad de cada uno y a la mujer como sujeto activo del sexo? Hay porno que lo hace y otro que no, al igual que en otros géneros. Pero lo que no se puede es responsabilizar al porno de algo que se debiera dar en la familia y en los colegios.
¿Futuro del cine porno?
La industria del porno actual ha creado un mercado paralelo en el que es complicado que haya una inversión importante, con una buena producción, un buen guión, etc. Pero en un futuro quién sabe: las nuevas tecnologías pueden ofrecer grandes oportunidades. Aunque en general, el auge de la red ha empobrecido la mayor parte de la producción del porno.
¿Para cuándo un festival sobre cine porno en Donostia?
Hay pendiente un ciclo verdaderamente potente. Puede que falten unos poquitos años más para hacerlo, pero lo que está claro es que hay que dar voz a este cine postfeminista hecho por mujeres. Y si no lo hace Donostia, lo harán en otros sitios, porque hay una línea de trabajo interesante.
Pathetic.
P.S:
http://dss2016live.blogspot.com/2016/05/dssirez-y-zurrumorbo.html
http://dss2016live.blogspot.com/2016/06/sexologizando-europa-pedales.html